¿Sabía que el 12% de la población general tiene deficiencias sensoriales? El perfil sensorial es especialmente útil en niños con trastornos como el trastorno del espectro autista (TEA), el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA/TDAH) o el alto potencial.

Le sorprenderían los efectos positivos en los niños que adquieren mayor independencia gracias a estas adaptaciones sensoriales. Por ejemplo:

• Un niño de 9 años que no podía vestirse solo por las mañanas pudo hacerlo tras reorganizar la disposición de su ropa teniendo en cuenta su función sensorial visual.
• Para uno de mis pacientes, los deberes siempre eran un momento difícil. Al permitirle moverse, elegir la postura que le convenía o crear un espacio adaptado a sus necesidades, pudo hacerlos con más calma.

Todos hemos vivido situaciones en las que nuestro compañero no oye nada o sólo oye cuando quiere, en las que un niño se balancea con fuerza en un columpio, en las que un niño se queja del ruido o en las que alguien se marea rápidamente y no puede montar en las atracciones. Son especificidades sensoriales que, en la mayoría de los casos, pueden carecer de importancia. Sin embargo, adaptando ciertos aspectos de nuestra vida cotidiana, podemos cambiar nuestras vidas a mejor.

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